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martes, 11 de septiembre de 2012

LA VIDA EN EL ESPÍRITU. Ya muchos están entrando..., (Más Allá de Pentecostés, por Clayton Sonmore)


Él quiere guiarme a mí y a todos nosotros, los que estamos dispuestos a pagar el precio de entrada al «nuevo día» de Dios, en la gloriosa Vida en el Espíritu... ¡en ese lugar de unión total con el Padre y con el Hijo! 

Muy alto, las alas quietas, llevado por el Viento.

Capitulo Siete

LA VIDA EN EL ESPÍRITU

No podemos escapar a la necesidad que tenemos de un nuevo encuentro con «aquel Jesús coronado de gloria y de honra, que es hecho un poco menor que los ángeles por pasión de muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.» «Porque convenía que aquel por amor del cual son todas las cosas, y por el cual son todas las cosas, habiendo de traer en su gloria a muchos hijos, perfeccionase por aflicciones al autor de la salud de ellos.» «El que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos... hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.»

El hombre y la maquinaria del hombre ya no pueden controlar lo que está ocurriendo en la hora presente. Dios está soplando sobre un número creciente de los que están inhalando el hálito fresco de la vida en el Espíritu. Regados por todas partes hay personas y pequeños grupos, provenientes de diversos estratos, que están entrando en la confraternidad del camino viviente. Ellos están descubriendo el glorioso secreto de una unión vital con el Señor. Una vez ellos vivieron de sus experiencias pasadas, pero ahora conocen el júbilo de la comunión diaria con El. ¡Qué diferencia la que ha producido esto en la perspectiva y en el ministerio de aquellos que entran en las profundidades de La Vida del Fluir en el Espíritu.

Hay un indecible gemido dentro de mi corazón por compartir con aquellos que acaban de entrar en esta dimensión. Siento que apenas estoy empezando a entrar en esto, y que apenas estoy empezando a darme cuenta de lo que veo ciertamente, de lo que veo como si lo hiciera a través de un vidrio obscuro. Pero, ¡LO SE, LO SE por la fe, que pronto veré «cara a cara» lo que «ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.»! Muchos están encon­trando este camino viviente, y están disfrutando de una clase de vida y de una perspectiva completamente nuevas.

Ellos están empezando a ser llevados a la plenitud de Dios. Están empezando a ser llevados a la gloria por la Cabeza Eterna, y están empezando a encontrar algo de lo que la Iglesia ha carecido durante tanto tiempo: un lugar para andar en el Espíritu, un lugar para andar en la luz, un lugar exento de las propias ambiciones y de los propios deseos.
Este es un lugar donde ellos pueden decir verdaderamente: «No se haga mi voluntad, oh Dios mío, sino la tuya.» Ellos están empezando a darse cuenta de que no pueden vivir de las bendicio­nes de ayer, porque las bendiciones de ayer pertenecen ahora al orden viejo. Ni tampoco pueden vivir anticipadamente de las bendiciones de mañana, porque el camino del Espíritu excluye el pasado o el futuro, y nos lleva Ahora a lo Eterno.

Ahora es «el día de salvación.» Ahora somos «hijos de Dios, y aun no es manifes­tado lo que hemos de ser....» Pablo pudo decir: «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, sino vive el Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios... (Teniendo) promesa de esta vida presente, y de la venidera.»

«Por lo cual es necesario que tanto con más diligencia guardemos las cosas que hemos oído, para que no nos escurramos. Porque si la palabra dicha por el ministerio de los ángeles fue firme, y toda rebelión y desobediencia recibió justa paga de su galardón, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una Salvación tan grande?»

Viento para tus velas, déjate llevar
Sí, Dios tiene la Salvación completa para el hombre completo. Nuestro Dios se preocupa por el hombre COMPLETO: cuerpo, alma y espíritu, y Él ha prometido atender a todas las necesidades, tanto materiales como temporales, según Sus riquezas en Gloria. «Todas las cosas sujetaste debajo de Sus pies; porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él.»

Jesús dejó a Sus discípulos con estas palabras: «Os es necesario que yo me vaya, porque si yo no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia y de juicio.... Cuando viniere aquel Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir. El me clarificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.» Sí, «al Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.» Y tenemos la promesa de que «todo lo que tiene el Padre, mío es» porque «todas mis cosas son tus cosas, y tus cosas son mis cosas.»

Además, Cristo dijo: «Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvie­ren en vosotros, todo lo que quisiereis pediréis, y os será hecho [creado]» Sí, y también: «Aquel [el Espíritu Santo] os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.»

Hermanos míos, ¡este Consolador ha llegado! ¡Él está aquí! Él quiere guiarlos a ustedes, querido hermano, querida hermana; Él quiere guiarme a mí y a todos nosotros, los que estamos dispuestos a pagar el precio de entrada al «nuevo día» de Dios, en la gloriosa Vida en el Espíritu... ¡en ese lugar de unión total con el Padre y con el Hijo! 

www.campamento42.blogspot.com

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