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jueves, 6 de enero de 2011

ESPERA EN ÉL Y ÉL HARÁ (Sal 37: 5), Manantiales en el Desierto




"Las fuerzas espirituales no pueden obrar mientras actúan las fuerzas terrenales"


Anteriormente, yo creía que después de haber orado tenía el deber de hacer todo lo que pudiese para obtener la respuesta. Él me enseñó un método mucho mejor y me mostró que lo único que hacían mis esfuerzos era dificultar su obra.

También me dijo que cuando orase y creyese definitivamente en Él, quería que esperase con espíritu de alabanza y que hiciese solamente lo que Él me mandase (NADA en el noventa y nueve por ciento de las veces).

El SENTARSE sin hacer otra cosa que confiar en el Señor parece muy inseguro y la tentación que tenemos de tomar el asunto en nuestras manos y luchar la batalla es tremenda (pero debemos estarnos quietos interna y externamente) (Sal. 46: 10).

Todos sabemos que es casi imposible rescatar a un hombre que se está ahogando y trata de "ayudar" al que va a salvarle, (pues puede hacer que se ahoguen los dos; antes bien, el socorrista debe recurrir a golpearlo y dejarlo inconsciente o esperar a que sus fuerzas se agoten, para así poder sacarlo fuera del agua)

La misma imposibilidad encuentra el Señor para luchar nuestras batallas, cuando insistimos en lucharlas nosotros mismos. No es que Él no quiera, sino que (al meter nuestra mano) dificultamos que Él obre (y abortamos el milagro que estaba en proceso).

-C.H.P., en Manantiales en el Desierto 
(Retocado en los paréntesis y negritas).

"Estad quietos y conoced que Yo soy Dios" (Sal 46: 10)

2 comentarios:

  1. Maravilloso, Gloria a Dios, el Rey.
    Bendigo tu vida José Maria, un palabra oportuna y maravillosa de Dios.

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