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lunes, 27 de febrero de 2012

PREDICAR O LLEVAR VIDA: ¿Engendrar Ismaeles, Amonitas, Moabitas o Isaacs?


ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE NUEVE

DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS
(6)
LA MAXIMA CONSUMACION



Ahora quisiera compartir acerca de la predicación del evangelio

En el campo cristiano, incluso en la predicación del evangelio, todo se ha deteriorado por la práctica deficiente de los siglos pasados. La verdadera predicación del evangelio no es solamente una obra exterior. La verdadera predicación del evangelio consiste en llevar fruto como resultado de la vida interior. En Mateo, Marcos y Lucas el Señor Jesús nos exhortó a ir a predicar el evangelio y a hacer discípulos a las naciones, pero en Juan dijo que debemos llevar fruto. La predicación es una cosa, pero llevar fruto es otra. La verdadera predicación del evangelio no consiste en convencer a la gente con doctrinas, ni en someter sus ideas y cambiar sus conceptos. La verdadera predicación del evangelio consiste en ministrar vida a los demás

La fructificación es el rebosamiento de las riquezas de la vida interior. Considere la rama de un árbol lleno de savia vital. La rama rebosa de vida y este reboso produce vida. El fruto es el resultado de la riqueza interior de la vida. Debemos entender que la predicación del evangelio debe consistir en llevar fruto y que llevar fruto proviene de la bendición de Dios. Aunque debemos orar por la predicación del evangelio, no se trata simplemente de esforzarnos. Debemos recibir la bendición de Dios. Si una iglesia desea aumentar, ciertamente debe predicar el evangelio. No obstante, si la predicación del evangelio no se encuentra bajo la bendición de Dios, no obtendremos nada, por muchos esfuerzos que hagamos. El fruto ganado no tendrá cara de hombre, sino de escorpiones. Usted puede traer mucha gente, pero cuando Dios mire a esas personas, le dirá: “Este es un escorpión, ése es una serpiente, y aquél es una rana. Efectivamente trajiste muchas personas, pero pocos tienen el rostro adecuado que me exprese a Mí”. ¿Qué clase de personas va a traer usted? ¿Personas con rostro de escorpión o personas con hermosos rostros que expresen a Dios mismo? El fruto que usted lleva es una expresión de lo que usted es. Si usted es un manzano, nunca podrá producir naranjas. Si es un melocotonero, nunca podrá producir plátanos. Para producir plátanos, debe ser un platanero. Si usted es un árbol de conocimiento, no espere llevar el fruto de la vida. El árbol de vida es el único que puede producir vida. 

Todos debemos esforzarnos por predicar el evangelio, pero consideremos lo que somos. Si somos hechos a la imagen de Dios y si tenemos el señorío de Dios, ciertamente conduciremos a otros a la imagen de Dios y al señorío de Dios. Todas las iglesias locales necesitan aumentar en número, pero jamás usen artimañas, ya que pueden producir “moabitas” en lugar de fruto apropiado.

Dios le prometió a Abraham una simiente. Dios estaba probando a Abraham hasta que a éste se le agotara la energía natural. Entonces El le dio descendencia. Mientras Abraham estaba siendo probado por Dios, a su esposa se le ocurrió un buen plan (Gn. 16:1-2). Y dicha propuesta dio resultado. Sin embargo, no produjo a Isaac, lo que Dios deseaba, sino a Ismael, a quien Dios rechazó. Estos dos nombres, Isaac e Ismael, empiezan con “Is”. Se parecen mucho. Todas las iglesias necesitan incrementarse, pero no imiten a Sara. No produzcan ismaelitas.

También tenemos el caso de las dos hijas de Lot (Gn. 19:30-38). ¿Recuerda usted cómo hablaron de llevar fruto? Dijeron: “Es posible que nuestro padre no tenga ningún descendiente. Hagamos algo para ayudarle a producir un heredero”. Hicieron algo, y funcionó. Produjeron a los moabitas y a los amonitas. Muchos cristianos actuales producen ismaelitas, moabitas o amonitas. Más nos vale no tener ningún descendiente de ésos.

Debemos ser hombres que lleven la imagen de Dios y que ejerzan Su autoridad. Entonces estaremos bajo la bendición de Dios, y así seremos fructíferos y nos multiplicaremos. Los rostros humanos con la imagen de Dios llenarán la tierra. Este es uno de los puntos de la máxima consumación. No se imagine que la predicación del evangelio es algo pobre. Debe ser algo elevado. La predicación del evangelio debe ser el punto culminante, y no debe producir ni ismaelitas ni moabitas ni amonitas, sino Isaacs.

Nosotros los cristianos siempre tenemos un sueño vano. Citamos el relato de Hechos donde dice que 3000 fueron salvos el día de Pentecostés y que 5000 fueron salvos en otra ocasión. Aunque este dato aparece allí, la multiplicación de los seres humanos no puede producirse con demasiada rapidez. Pueden necesitarse veinte años para producir una generación. Uno no puede obtener una generación en cinco años. A los cinco años, una persona todavía es un niño. Incluso a los quince años de edad es un adolescente. Generalmente se necesitan veinte años para producir una generación de seres humanos. Resulta fácil hacer flores artificiales. En una sola noche podemos llenar este cuarto de reunión con flores, pero todas serán artificiales. Sin embargo, para cultivar un huerto se necesita tiempo. Si usted mira un huerto por la mañana, presentará prácticamente el mismo aspecto que el día anterior. Pasará lo mismo el día siguiente, y cada día se parecerá al día anterior. Se pueden necesitar varios años para cultivar árboles que lleven fruto. Pero, ¡aleluya!, una vez que crecen, se multiplican. Esta es la vida de la iglesia

Todas las iglesias necesitan incrementarse, pero no queremos el aumento como el de los hongos, que se produce de un día para otro. Necesitamos el incremento que proviene de la imagen y del señorío de Dios bajo Su bendición. Esto requiere tiempo.

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