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viernes, 25 de junio de 2010

UN CAMINO EN EL DESIERTO, George H. Warnock






EL NUEVO EXODO, George Davis y Michael Clark con Douglas Weaver




Este enlace y el de "Un Camino en el Desierto",  me los pasó mi amado hermano-amigo Carlos Jiménez Cortés. Abajo dos extractos, para que hagan boca... Realmente es una bendición. Espero que los disfruten estas vacaciones.

Un abrazo y bendiciones.


La Restauración de T ODAS las Cosas:

En Hechos capítulo 3, Pedro y Juan sanaron a un cojo que se sentaba mendigando junto a

la puerta de la Hermosa, en el templo en Jerusalén. Los que fueron testigos de este

milagro quedaron asombrados. Pedro, hablando de Jesús, les dijo:

“Así que, arrepentís y convertís, para que sean borrados vuestros pecados; para que

vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y envíe a Jesucristo, que os fue

antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de

la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que

han sido desde tiempo antiguo.” (Hechos 3:19‐1)

Dios pretende rectificar todos los desórdenes de la caída. La palabra restauración implica

igualmente una partida y un regreso a la intención original de Dios para la humanidad.

Cristo ha comprado nuestra completa redención, pero la creación gime, esperando la

manifestación completa y el cumplimiento del propósito para el que fue creada. Aunque

todas las cosas permanecen sujetas bajo los pies de Cristo, el autor de Hebreos afirma:

“pero todavía no vemos que todas las cosas le esté sujetas”. (Hebreos 2:8). ¿Una

contradicción aparente? ¡En absoluto! Él es el Señor, pero todas las cosas todavía no se

han postrado ante Su Señorío. Los cielos Le han recibido hasta que todas las cosas sean

puestas delante de Sus pies—asta que todas las cosas sean restauradas.

Al pueblo de Dios aún le espera una restauración completa. Debemos permanecer

separados y listos para salir de todo aquello que fracase en expresar Su pensamiento y Su

gloria completos, y avanzar con Él hacia esa restauración.

Para poder comprender el impacto completo y el significado de la restauración de todas

las cosas, debemos primero entender que la humanidad ha caído y que todo lo que vemos

a nuestro alrededor se queda escaso de la gloria de Dios. Con ese pensamiento

firmemente puesto en nuestra mente, también tenemos que entender que somos

peregrinos en un viaje de recuperación, regresando hacia esa gloria. Este mundo, la

carne y el diablo resisten este peregrinaje en cada ocasión, ejerciendo todas sus energías

para apartar al peregrino, tentándolos a asentarse y a construir. Por esta razón, es

imperativo que veamos nuestro status migratorio y lo que las Escrituras tienen que decir

al respecto desde el principio. Comenzaremos con Génesis.

La Reforma:

“Recuerda de dónde has caído”

La palabra reforma dice mucho. Para que algo sea reformado, tiene que haber caído de su

primer estado normal. La palabra implica degeneración y malformación. La iglesia tal y

como la conocemos está de hecho deformada, solo teniendo una FORMA de piedad. El

clamor del Señor a Su pueblo es, “Recuerda, pues, de dónde has caído y arrepiéntete, y

haz las primeras obras… “(Apocalipsis 2:5).

La cristiandad cayó abrazando el paganismo y el orden de las viejas religiones del

Judaísmo legalista. En la medida en que estos elementos extraños permanezcan en la

iglesia, habrá aún necesidad de reforma, una necesidad de recordar de dónde hemos

caído y arrepentirnos.

El Clamor de la Reforma‐‐‐“Salid de en medio de ella, pueblo Mío”

Todo comenzó con otro llamado al éxodo—un llamado escuchado por todos los verdaderos

reformadores, escrito en el libro que predecía esas cosas que luego se cumplirían.

“…Salid de ella, (el Misterio Babilonia) pueblo mío, para que no seáis

partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Apocalipsis

18:4)

Los primeros reformadores trataron de cambiar a la iglesia apóstata desde dentro. Un

ejemplo de reformador es John Wycliffe de Inglaterra (1329‐384).Wycliffe atacó valientemente al papado, golpeando la venta de indulgencias y otros ritos de origen

pagano como la veneración o adoración de los santos. Pagó con su vida por esto.

John Huss de Bohemia (1374‐415) fue otro que también oyó el llamado. Por causa de su

devoción a Cristo, fue quemado en la hoguera. Sobre su cabeza le colocaron una corona

de papel con los detalles escritos de su supuesta herejía. La llevó con alegría hasta su

muerte, proclamando que era lo mínimo que podía hacer por Aquel que llevó una corona

de espinas.

En su momento, los reformadores llegaron a definir la apostasía como “la cautividad

Babilónica de los papas”, o como lo expuso Lutero, “La cautividad babilónica de la

iglesia”. Esta postura cambió la imagen partiendo de una reforma interna para llegar a

un éxodo. Los reformadores comenzaron a ver que la iglesia no podía ser reformada—que era una miserable ramera entregada a la destrucción del pueblo de Dios.

Comenzaron a salir, pero se alejaron muy poco. Como los hijos de Israel, se volvieron en

sus corazones y adoraron las obras de sus propias manos. Construyeron instituciones

estáticas y a pesar de todos los esfuerzos por lo opuesto, en breve estas instituciones

tendrían un pronunciado parecido a los sistemas apóstatas de los que habían escapado.

Salieron pero solo para abrazar de nuevo las caías del sistema antiguo.

Esta tendencia parecida a la de Caí de enredarnos en sistemas y mentalidades que

estorban y finalmente ponen en peligro nuestro avance se evidencia por la gran cantidad

de afiliaciones denominacionales. La mayoría de estas denominaciones está ahogadas

por las mismas limitaciones que instalaron para proteger su antaño poderoso

movimiento. Habiendo salido de entre la leña seca de su día, sucumbieron ante lo

mismo que había provocado su putrefacción. Como todos los movimientos que tuvieron

lugar antes de ellos, se endurecieron rehusando avanzar con crecimiento fresco.

Definiendo credos y haciendo borradores de ordenanzas, se endurecieron y resistieron

cualquier clase de cambio. Es raro que la segunda generación tenga la visión de la

generación fundadora.

En breve, algún alma valiente escuchaba de nuevo el llamado, salí y comenzaba un

nuevo éxodo. Cuando esto sucedí, el grupo de la primera parte se establecí para

matar al grupo de la segunda, de la misma forma que los escribas y los fariseos resistían

a cualquiera que intentara salir de sus flancos. Tristemente, los que salín solo

peregrinaban un tiempo corto antes de repetir los mismos errores. En cada caso, lo que

comenzaba con el Espíritu degeneraba finalmente en un movimiento que se deterioraría

aún más hasta convertirse en una institución. Y en breve, la institución se convertiría en

un monumento inamovible o mausoleo, protegido por endurecidos eclesiarcas. Este

círculo se ha repetido una y otra vez hasta el momento presente. ¡No ha parado nunca!

El factor revelador común en la desaparición de los movimientos de Dios es que los

líderes cometen el mismo error de Caín. Cuando su sacrificio es rechazado, se apartan

de la presencia del Señor y edifican ciudades en torno a su revelación, a las que dan sus

propios nombres. Esta es la condición de mucho de la iglesia hoy dí, especialmente en

los Estados Unidos. Hemos construido grandes ciudades alrededor de muchas de nuestras

revelaciones—a ciudad de los metodistas, los bautistas, los pentecostales, los

carismáticos, y otros. Generalmente, esas ciudades se han convertido en cárceles y

campos de muerte para los santos de Dios que se han atrevido a seguir al Espíritu. Los

movimientos vienen y van, pero parece que las denominaciones duran indefinidamente.

Cuando las cosas se vuelven más estructuradas y complejas, Jesús es de nuevo dejado

fuera de la puerta, llamando. En ese punto Dios llama a un remanente para comenzar de

nuevo. ¿Te conmueve re‐valuar tu diligencia y entrega en la carrera que hay por

delante de ti? ¡Esperamos que así sea! Deja que Dios comience a hablarte respecto de

las ciudades que has construido, o que está ayudando a construir.

Hay mucha construcción hoy día, la mayor parte de ella carnal. La iglesia americana

parece especialmente atraía por conquistar y construir, pensando que Dios se agrada

de la mera expansión numérica y física. Se da una gran importancia al tamaño de una

congregación o edificio. Incluso nuestro vocabulario está repleto de imprecisiones

mientras seguimos neciamente llamando Casa de Dios o Iglesia a nuestros edificios.

A pesar de todas sus buenas intenciones y reformas, la iglesia occidental continúa con el

marco y las formas del mundo, que constituyen una transgresión fundamental del orden

de Dios. En la reforma, somos testigos de una serie de pasos progresivos hacia la

restauración de todas las cosas. También vemos un principio. Lo que no avanza

moviéndose con la nube de Su presencia, vuelve al camino de Caí y sale de la presencia

del Señor para edificar ciudades.

El espíritu de Caín y de Nimrod es muy característico en su manifestación externa,

porque siempre se mueve hacia la construcción de imperios, mediante hombres de

renombre que fracasan en comprender la movilidad flexible de la ekklesia. Comprende

que estos son líderes fuertes, dotados, con gran talento, que aparentan tener una visión

y un propósito. Son fundadores de civilizaciones y dan lugar a hombres de negocio,

artesanos, artistas y guerreros. Algunos de los descendientes de Can fueron Jabel, padre

de los que moran en tiendas y tienen ganado; Jubal, padre de todos los que tocan la lira

y la flauta; y Tubal‐Caín, el falsificador de todos los aperos de bronce y hierro. Nimrod

estableció ocho ciudades incluyendo metrópolis tan grandes como Nínive y Babilonia.

Levantar imperios y dar a luz una descendencia llena de talentos y dotes no es lo mismo

que una heredad piadosa.

Hoy, si un hombre emplea la correcta amalgama de prácticas de negocio sanas, técnicas

de marketing y objetivos, sermones bien articulados, y por supuesto, los talentos de un

equipo de alabanza bien a tono, puede amasar una gran cantidad de seguidores que

estarán dispuestos a fundar su imperio. Con mucha frecuencia se ofrecen buenos salarios

y ventajas para cazar hombres en la edificación del imperio, además de la posibilidad de

exposición a una audiencia aún mayor para el avance del ministerio.

Dios siempre llama a sus hijos a salir de todo lo que siendo apóstata y fijo, rehuse

avanzar hacia delante. Dios no está buscando constructores de imperio sino peregrinos

como Abraham.

¿Cómo viviremos entonces? ¿Cómo forja esta verdad nuestra postura hacia el futuro?

Hasta ahora nos hemos centrado en lo que Dios ha hecho y en lo que ya ha ocurrido en

medio de Su pueblo. Ahora nos centraremos en como esas cosas afectan al presente y

como tomará forma al acercarnos al fin de la era. Dios establece tipos, sombras y

señales que prefiguran sus propósitos futuros. Ocuparemos nuestros pensamientos en

una de estas señales fundacionales en los próximos momentos.


ENLACE:
http://awildernessvoice.com/SpanishArticles/EL%20NUEVO%20EXODO.pdf

ÚLTIMO GRAN AVIVAMIENTO MUNDIAL (U.G.A.), ¿CÓMO COMENZARÁ?



¿CÓMO COMENZARÁ EL ÚLTIMO GRAN AVIVAMIENTO MUNDIAL? (U.G.A.)


Esta es la carta donde les contaba cómo ocurriría el UGA a mis padres en el Señor, Mario y Betty Orsini:

19-10-98

Amados padres en el Señor:

Hace unos tres años (febrero del 96) que el Señor me hablaba de Sus planes para el U.G.A. (Último Gran Avivamiento). Por aquel entonces yo se lo conté a un reducido número de personas individualmente y a vosotros os lo esbocé en Madrid, además de habéroslo insinuado tenuemente en mis cartas. Esto era lo que el Espíritu me hablaba:

Pablo como apóstol de los gentiles fue llamado a ejecutar una parte de La Gran Comisión (Mat. 24:14, Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin); concretamente el “hasta lo último de la tierra” de Hch. 1:8, “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”; y de Hch. 13:47, “Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”).

Pablo se esforzó y dejó dicho que todo lo llenó del evangelio hasta Ilírico; pero su bendita obsesión seguía siendo ese hasta lo último de la tierra. No era Roma su obsesión sino ESPAÑA. ¿Por qué? Porque en los tiempos bíblicos del Antiguo Testamento y en el tiempo de Pablo, lo que el mundo romano conocía como “lo último de la tierra” era ESPAÑA. De hecho, los romanos llamaron Finis-terre (en latín Fin de la Tierra) al cabo de Galicia más occidental de ESPAÑA, sito en la provincia de La Coruña; provincia que por idéntico motivo también era lugar de peregrinaciones, pues muy cerca de allí, en Santiago de Compostela, se sitúa la catedral de Santiago Apóstol, objeto de las peregrinaciones y término del famoso “Camino de Santiago”.

Fue el Espíritu Santo quien (sin yo saber todavía que el bíblico hasta lo último de la tierra aludía a ESPAÑA, la Tarsis donde Jonás quería huir) llamó mi atención trayendo a mi mente la palabra Finisterre. A los pocos días en un retiro, una de las predicaciones se centró en la intención de Pablo de venir hasta ESPAÑA, de llegar hasta “lo último de la tierra”; confirmándose así mi intuición de manera objetiva y con gran nitidez.

Pablo pretendía cumplir y acabar en ESPAÑA La Gran Comisión en la parte que le había sido encomendada (Hch. 22:21, Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles; Mat, 24:14, Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin); tal era su bendita obsesión y no Roma. De hecho, en su carta a los romanos, lo menciona dos veces. Sin embargo parece ser que los planes de Dios eran que esa parte quedara en suspenso por 2.000 años y que fuéramos los de nuestra generación quienes la implementáramos ahora.

El Espíritu continuó hablándome con posterioridad para ampliarme los detalles. Entre ellos me señalaba la relación entre el “oro refinado” de Apocalipsis 3, que LAODICEA necesita, y Tarsis. Tarsis (ESPAÑA) era el lugar donde los barcos fenicios, es decir, gentiles, se aprovisionaban del oro y la plata. De ahí lo de las bíblicas e ínclitas naves de Tarsis.

Unía así el Señor ESPAÑA, con el “oro refinado” que Laodicea, la iglesia del fin del siglo, la iglesia actual, tanto necesita. Es decir, ESPAÑA está llamada a convertirse en exportadora de la auténtica fe (oro refinado en fuego) a todo el mundo, en la nación clave para el fin de siglo.

Si a esto se le añade que Europa está llamada a ser el centro de los acontecimientos apocalípticos, el panorama queda trazado muy claramente: El U.G.A. se centrará en Europa, con la península Ibérica como epicentro del terremoto espiritual de fuego de Dios, que será exportado desde aquí “a todas las naciones y entonces vendrá el fin”.

Este sería el panorama general, pero ¿cual sería el primer paso, el comienzo del U.G.A.?

La contestación está en la interpretación de la visión que el Señor me dio, el libro que os envié en su día. Ese primer paso, en resumidas cuentas, consiste en parar (literalmente), es decir, acampar como en Gilgal, y santificar la Iglesia. Como consecuencia de ello vendrá un Gran Derramamiento del Espíritu Santo sobre la iglesia de España y Portugal (ambas conformaban la Hispania o Iberia de aquel entonces); literalmente ¡un PENTECOSTÉS II (Hoy sabemos que esto será no un Pentecostés II, sino el cumplimiento histórico de la Fiesta de Tabernáculos)! Dicho de otra forma: esperar en el 'aposento alto' la reparación de las redes, con las barcas varadas; es decir, la circuncisión de los corazones.

Todo esto que el Señor me habló tiene unos tres años y está siendo confirmado amplia y meticulosamente. La última confirmación es la profecía que por casualidad me llegó desde EE. UU. y que os acompaño a la presente.

Posdata:

¿Entendéis ahora conmigo el porqué todo el mundo cristiano lleva tantos años orando por España?

Era Dios guiando a la cristiandad a interceder por Finisterre.



Ver aquí el libro interpretando la visión:


"SOLEDAD-ACOMPAÑADA": LA IGLESIA SERÁ DESPERTADA POR EL BESO DEL PRINCIPE DE PAZ, o al ser echada por la borda al mar del mundo, vomitada por Su náusea santa (Ap 3:16)


Los Yébenes Toledo




VACACIONES EN “SOLEDAD ACOMPAÑADA”
(Los Yébenes-Toledo 17-5-10 a 28-5-10)

Busqué y encontré unas vacaciones en el Señor y con el Señor. Yo no quería gente, bullicio, playa …; solo quería estar con mi Amado. Todo fue consultado en oración y programado con Él: la temporada, por supuesto, sería la primavera que evoca la resurrección; el lugar; los días de comienzo y final; el número de libros a leer y sus títulos específicos, me fueron dados; los lugares a visitar e incluso algunos sitios donde comer; las personas con quien hablar … La mano del Señor en todos los detalles no siempre se aprecia con tanta nitidez. Sin duda todo ello barruntaba que serían unos días muy especiales para los dos, Él y yo. Intuía que el Señor me iba a hablar y contestar a algunos interrogantes y obtuve mucho más de lo que esperaba.

Los libros que llevé fueron dos: "La Experiencia de Vida" de Witness Lee y "El Llamado" de Rick Joyner. Ambos me fueron sugeridos por el Espíritu la semana previa a la salida después de haber orado previamente al respecto, y el de Joyner lo había leído casi dos años antes en República Dominicana.

A través de la lectura fue quedando muy claro que era llegado el tiempo de llevar las iglesias al “Aposento Alto”, exhortándolas a acampar y santificarse, a ser circuncidadas de todo pecado, mundanalidad y carnalidad. Dios no va a tolerar más esas cosas en Sus santos. Es llegado el tiempo de despertar a una Iglesia que duerme en la bodega del barco junto a Jonás, viajando justo en dirección contraria a su llamado. El tiempo es venido de predicar los juicios de Dios que llegan a esta Tierra como olas de mar cada vez mayores y que aquellos de Su pueblo que no se juzguen a sí mismos, serán juzgados con el mundo; porque el juicio de Dios va a comenzar, YA, por su Casa. Es hora de dejar la “rotonda del activismo” en el desierto, cruzar el río Jordán de la muerte al yo, y acampar en Gilgal; donde el afilado cuchillo de Josué (Yahshua) pueda practicar la cirugía espiritual, que rasgando el velo de los corazones incircuncisos, nos permita la Pascua de acceso a la Tierra Prometida: Pentecostés II (Tabernáculos).

NOTA: Las anotaciones en letra azul fueron correcciones posteriores de la primera redacción.


Estas son algunas de las cosas que el Señor me mostró en la “montaña”:

  • La coincidencia de un retiro mesiánico en el hotel me pareció una confirmación de que debemos buscar la convergencia en el olivo natural: Cristo; al menos en el Shabat y las Santas Convocaciones. ¡Que vergüenza que la cristiandad celebre fiestas basadas en tradiciones babilónicas de bacanales y cultos blasfemos de ritos sexuales y sacrificios humanos, cuando tenemos unas fiestas bíblicas proféticas y preciosas! Si alguna fiesta hay que celebrar que sean éstas y no las fiestas paganas ¿Cuándo sacaremos de una vez toda la inmundicia del santuario, toda la levadura babilónica?
NOTA: 
Releyendo esto en fecha 23/01/2016, nos damos cuenta de que este fue un falso discernimiento, pues el Señor nos ha mostrado que el olivo natural son los judíos que siguieron a Cristo -no quienes lo rechazaron; es decir, los apóstoles y otros judíos y luego los gentiles, que se unieron a Él, el Rey de la tribu de Judá y, por tanto, el titular del Derecho de Nacimiento (Primogenitura); los higos malos de Judá que rechazaron al Mesías dejaron de ser el auténtico Judá y en modo alguno pueden ser el olivo natural, aunque todos son bienvenidos al olivo verdadero, a través de la salvación, reconociendo a Cristo. También sabemos ahora que la celebración externa de las fiestas judías no es necesaria, -aunque podrían celebrarse, pero a riesgo de darnos un falso sentido religioso y de piedad afectada- sino su cumplimiento interno con nuestra justificación, bautismo en el Espíritu Santo y entrada a Tabernáculos, esta última a través de la Crisis de Cruce del Jordán, que nos hace morir a la carne.  
Mirando en retrospectiva me percato ahora que además del Señor hubo alguien más presente en estas vacaciones, tratando de confundirme y desviarme hacia la judaización mesiánica, por desgracia, tan en boga en estos Últimos Tiempos de la Segunda Venida, tal como ocurrió proféticamente con los judaizantes antes de la destrucción del Templo a manos de los Romanos.
- El año 2010 tan solo es el tercer año de vacas flacas, por lo que la crisis está lejos de ver su final; antes bien, las cosas van a empeorar.

- No existen obras buenas separadas de Dios. La “carne buena” viene del mismo árbol luciferino que la carne mala: el Árbol del Conocimiento. El bien obrado según la carne es una obra muerta, separada de Dios y Dios aborrece la muerte aún más que el pecado. Es mejor no hacer y permanecer acampados, que marchar sin la compañía de la Nube Santa de Su Presencia. ¿Adónde iremos con un ejército de lisiados, heridos, inermes y desprotegidos de la armadura espiritual? ¿Adónde, atestados de fornicación, adulterio, pederastia, ...? ("¿Y vosotros estáis envanecidos? 1ª Cor. 5:2") ... ¿No sería más oportuno acampar y ser restaurados y, cuando la Nube Santa se levante, estar en condiciones de enfrentar La Gran Batalla Final de todos los Tiempos? ¿Estamos conscientes de que somos la generación llamada a sellar, probablemente, con nuestra sangre nuestra militancia en Cristo?

  • Me temo que la casi totalidad de la Iglesia en el mundo está en cautividad babilónica y tiene que ser restaurada y recobrada (quizás también el propio Movimiento del Recobro, que tal vez sea el más preparado para poder subir al Aposento Alto ya).
  • Comienza la “aliyá” espiritual, el retorno a “Jerusalén”, desde la cautividad babilónica; es decir, hay que huir del escándalo denominacional. La hemorragia de una Iglesia que ha gastado todo en médicos que no saben curar (Lev. 15:25; Mat. 9:20), solo cesará con el "láser" escrutador de los ojos de Yahshua. La 'mujer' que se acerque para tocar Su manto, aún arriesgo de lo que digan los próceres, será protegida de las plagas como lo fue el remanente de Gosén.

  • La Iglesia debe cortar por lo sano con la Teología del Reemplazo, que Constantino vendió a “los padres” a cambio de una falsa paz en el Concilio de Nicea, donde la levadura babilónica entró a espuertas a la Madre Ramera y después a todas sus Hijas Rameras, hasta hoy.
(Idem nota primer punto. Hoy creemos que los higos malos dejaron de ser judíos o israelitas según la Ley por rechazar al Mesías y, al igual que cualquier no judío o no israelita, necesitan ser injertados al olivo natural de Cristo si han de salvarse, como cualquier otro. La Iglesia de Cristo, conformada por judíos que eran los buenos higos, siempre estuvo allí y no reemplazó a nadie. La opinión generalizada sobre Constantino es más que discutible, según la Historia de la Iglesia de Stephen E. Jones:

- El mensaje de Séfora: El Señor no tolerará más la carnalidad en Su pueblo.

- Juicio viene a la Tierra comenzando por Su Casa: La Iglesia Durmiente será despertada por el beso del Príncipe de Paz, o siendo vomitada en Su santa náusea por la borda a las frías aguas del mar del mundo (Ap. 3:16). Los que prefieran seguir roncando serán tragados por la Primera Bestia Religiosa, la que sube del mar (¿ecumenismo?); y vomitados de nuevo por el “gran pez” justo antes de la aparición de la Segunda Bestia Financiera, que sale de la Tierra (¿amor al dinero de la Teología de la Prosperidad?). La desbandada por el camino hacia fuera de Jonás, tiene que ser cambiada por la vuelta al camino hacia adentro de la fe que vence al mundo y la carne.

- El hechizo de Lot, la seducción mundana, que lleva a la Iglesia a traficar y enredarse con las 'algas' del mundo (Jon. 2:5), será removido.

- El Señor se sentará a refinar la plata: Mal 3:3.

- La Iglesia tiene un llamado a vivir una vida tras del Velo, una vida Ascendida, imponente y majestuosa, que causará pánico al Enemigo y el temor de Dios en quienes la rodeen. Una vida que mora y reina sentada con Cristo en los lugares celestiales, de realeza y autoridad y no la pusilanimidad que hoy exhibe.

  • La Iglesia tiene otros llamados en esta última generación:
1- Comprender las profundidades de la revelación y salir de la superficialidad de quienes creen que son ricos y que de nada tienen necesidad.

2- Laodicea, que es especialmente el pentecostalismo de los últimos tiempos, necesita comprar para cenar, pagando el alto precio del oro refinado en fuego, del vestido de boda, y del colirio.

3- Llamado a buscar el Maná Escondido de la Palabra Viviente, además de la carne de la Palabra Escrita.

4- Llamado a amar con el Amor del Señor y a servir con Su corazón manso y humilde.

5- Llamado a conocer al Señor, no solo desearle, sino buscarle; conocerle es más importante que llevar fruto. No compararse con los demás y no mirar el fruto aquí en la Tierra. Hacer lo correcto porque debemos aunque no veamos los resultados.

Nunca quitarnos el manto de humildad, para que el “brillo refulgente” de las armaduras propias no nos ciegue a nosotros y a los demás. El humilde no puede ser avergonzado. Cuando empezamos a sentir vergüenza es que estamos moviéndonos en orgullo. Debemos aprovechar cada ocasión de humillarnos. Es mejor dejarnos caer sobre la Roca y ser quebrantados a trozos, que la Roca tenga que caer sobre nosotros y desmenuzarnos a polvo.

6- Transmitir a la gente que sean adoradores en espíritu y verdad; cuando adoramos a pesar de la oscuridad y la tribulación, eso trae gozo al corazón del Padre y a Yahshua.

7- No pretendamos autoridad sin responsabilidad; si somos irresponsables otros van a sufrir.

8- Ser más dependientes de los otros; sin el Cuerpo no somos nada. Ayudar a edificar su Casa que es Su Pueblo.

Predicamos, pues, juicio con gozo y paz en el corazón, pero no con ira (Isaías 26:9); y, porque sabemos el resultado, podemos levantarnos y erguir la cabeza, sabiendo que nuestra redención está cerca.

¡Amén! ¡Aleluya! ¡Ven Señor Jesús!

EL NUEVO ÉXODO (LOS PROFETAS DEL FIN SALEN DE LAS CUEVAS), George Davis y Michael Clark


En este tiempo de cautiverio babilónico de la iglesia el Señor no se ha cruzado de brazos. Él ha estado trabajando en la oscuridad de las cuevas, donde las "jerarquías eclesiásticas" han obligado ocultarse a Sus profetas. Solo les han dado pan y agua, pero el Señor está sacándolos a la luz para predicar el juicio venidero; empezando por esos mismos líderes, ¡empezando por Su Casa! (1º Rey 18:3-3,13).